lunes, 28 de febrero de 2011

CAPÍTULO II

A veces me paro a pensar lo aburrida que parece nuestra relación. Puede que sean mis tardes sin nada que hacer las que me hagan reflexionar. No me gusta la rutina, y tampoco que planees nuestras tardes. Quiero que todo lo premeditado se convierta en improvisado. Que las 24 horas del día parezcan excitantes. Quiero levantarme sin saber lo que va a pasar hoy, intuir muchas cosas y no saber ninguna con certeza. Y entonces ,empezando por una broma, que se convirtió en pique y luego en realidad; decidí probar que se sentía al ser infiel. Ese algo tan criticado y tan experimentado, me llamaba la atención. Mis aliados iban a ser un amigo, unos dados y un par de chupitos. No me molesté en buscar muchas excusas ni tampoco en que fuesen coherentes, simplemente quería pasarmelo bien y hacer todo eso que contigo era imposible.

Podía haber elegido a un desconocido para mi aventura, cualquier hombre sexy. Pensé que con un poco de confianza sería más fácil. Ahora puedo comer en el sofá ,llenarlo de migas. Llegar a su casa a cualquier hora y ser bien recibida. Saltar en la cama. Compartir ducha. Ingerir todas esas calorías ausentes en tus ensaladas diarias. Romper las reglas. Y si aún me quedan ganas volver a lo de siempre.

Te enteras, pienso en lo que pueda suceder. Tu solución, la misma situación de siempre, una discusión; y quizás un par de reproches. Dices que soy una niña, que no crezco. Pero esta travesura de niños a mi me ha gustado.


1 comentario:

  1. tu tb tienes blog ? :D Soy Ro ! quien iba de camarera ayer !! besos

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