lunes, 27 de febrero de 2012

31.08

Da igual el sitio, el minuto y el segundo. Solo tiene que pasar de la media noche; y entonces, cuando creo que disfruto de un maravilloso momento de placer con un latte ardiente en mi mano, ahí están. Mil lágrimas empiezan a caer por mis mejillas, los ojos se vuelven brillantes pero no exactamente de felicidad. Es angustia, impotencia, tristeza y soledad. Nuestra historia era irreal, y preferí ser egoista conmigo misma.
Un montón de palabras bonitas no podían dar como resultado una novela romántica. El resultado fue desamor, aderezado con un  poco de sexo y sentimientos imperfectos.

miércoles, 22 de febrero de 2012

UNA CITA IMPROVISADA

Una vez más ese sitio. Un libro era mi distracción esa tarde. Revolvía mi latte, muy caliente, mientras me sumergía en la lectura de aquellas páginas. Al catarlo me manché los labios. Estabas atento, y viniste a avisarme. Te pedí que te quedases y surgió una conversación espontánea. Las palabras cobraron vida. Era demasiado excitante.

Desde entonces volví todos los sábados con la esperanza de que la escena se repitiese.

martes, 21 de febrero de 2012

UN SAXO ME ACOMPAÑA

Es ese sitio. Me vuelve loca. El olor a café consigue que viaje a otro mundo. Su sabor me pierde, me recuerda a sus labios, sus besos.
Entonces consigo viajar al pasado en el presente. Solo hubo un motivo, pero yo me escondí. Y ahora pienso si la huída ha sido la mejor opción. La solución hubiese sido una sesión de sexo apasionado, sin duda.
Está allí, con sus aires de tirado perfectamente estudiados.

viernes, 10 de febrero de 2012

DICEN QUE EL TIEMPO ES LA CURA...

... pero nadie me asegura que no vaya a estar yo aquí, sentado en una escalera, acordándome de ti. Y con actitud de niña te diría que es culpa tuya. Esa sonrisa, tus labios carnosos, la barba de tres días y unos bonitos ojos miel.

Taza de café a modo de whisky con hielo en vaso corto y música pastelosa.

miércoles, 1 de febrero de 2012

LA LLAMABAN PRINCESA...

... y vestía Rock'n Roll. Era un mal día, y no tenía la más mínima intención de ocultarlo. Lágrimas teñidas del tono negro de Rimmel, la cara manchada del rosa de sus labios. Con pocas fuerzas, casi las únicas que le quedaban, se arrancó la falda de volantes. Había imaginado esa escena una y mil veces; en su versión alguien desabrochaba su corsé al mismo tiempo que susurraba en sus oidos, todo esto seguido de besos por el cuello y caricias en la espalda.

50 minutos, era el tiempo que había esperado en el cruce de calles. Era el punto de encuentro acorado y el lugar en el que le habían dejado tirada. Que no te esperes eso de un gran amor no quiere decir que no pueda pasar. ACEPTO EL RETO.

Una historia caótica, contradictoria, negra y rosa. Poco diferente a la vida de un niño, en un cuerpo adolescente, en un mundo de adultos.