lunes, 17 de enero de 2011

UNA PANDILLA DE AMIGOS, UN PLAN Y UNAS VACACIONES INOLVIDABLES

Adrenalina, eso es lo que necesitaban. 7 días en una isla del Mediterraneo no habían sido suficientes.

Litros de alcohol. Besos. Puede que sexo y también drogas. Pero no hubo caricias. 168horas que había que aprovechar al máximo. Ni alemanes ni holandeses. Ellos eran los dueños del lugar. Hubo tiempo para juegos, unos inocentes y otros no tanto. Fuera preocupaciones. Vestidos y tacones captaron todas las miradas. Una barra americana. Chupitos de tequila. Tabaco de liar o cigarrillos, daba igual; la cuestión era fumar. Discotecas, las mejores. Música, la más motivadora. Perreo. Coqueteos no faltaron, y tampoco peleas. Niños de día, irreconocibles por las noches. Secretos. Sorpresas. Cubos de sangría. Botellas de cerveza. Roces de labios, algunos pasionales y otros por aburrimiento. Baños en la playa, de día y también de noche. Chapoteos en piscinas y tardes de aquapark. Vestidos. Tacones y carmín.  gafas de sol. Camisas. Tatuajes. Un partido,un gol, algo que celebrar. Socorristas, camareros. Kebas, pizza y hamburguesas a cualquier hora. Conocidos y desconocidos. Amaneceres en la arena. Cubatas mañaneros. Marcas de sol. Visita a capitales. Robos de cartera. Sevillanos, cordobeses, madrileños y coruñeses. Fiestas ibicencas. Gritos por la calle. Risas en las habitaciones. Portazos. Murmullos. Sonidos de guitarra. Buses perdidos. Buses invadidos. Vómitos. Ambulancias. Llamadas de teléfono a cientos de kilómetros. Incertidumbre. Resultados de exámenes. Recuerdos de la noche de las hogueras. Pajitas interminables. Llaves perdidas. Saltos de una terraza a otra. Ganas de limusina. Intercambios de ropa. Camisetas de Tito's. Ganas de más. Uno encima de otro encima de otro, y el agua de salvavidas. Maletas. Aeropuertos. Taxis. Collares de flores. Toboganes. Paseos. Castillos de arena. Canciones. Escóndete, que viene el conductor. Sustos. Videos. Fotos, muchas fotos. Jóvenes inagotables.  Morenos envidiables. Maletas deshechas. Y se acaban las horas...

Último día. Última tarde. Una cala. Un baño en las aguas cristalinas. Un acantilado y ganas de sentir algo único. Muchos curiosos y pocos atrevidos, al principio. Una chica decidida, y un amigo que le sigue. Una sensación indescriptible. Con ganas de vivir la experiencia otro se va al agua, y otro, y otro. Quedan menos, unos con muchas ganas otros con menos. Una que lo intenta, se sienta, duda...1, 2, 3 ¡SALTA! Ni el primer beso, ni la peor de las resacas recuerdo de algo muy bueno, ni sueños, ni pesadillas, ni sexo, ni mentiras, ni verdades, ni palabras de cariño. Aquello era impresionante. No podía haber un final mejor para la mejor historia que se había escrito nunca.

Una pandilla de amigos, un plan y unas vacaciones inolvidables. ¿Algo habitual?. Puede, pero ninguno lo disfrutó como ellos.

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