miércoles, 4 de mayo de 2011

LIFE IN TECHNICOLOR

Sigo pensando que soy nueva en esto. No sé que escribir ni como hacerlo.  He leído miles de entradas de blogs. ¿Sirven de inspiración? Si. Cuando escribo después de haberles echado un vistazo, ¿me siento como si estuviese plagiando la historia? También. Bueno, me centro. El caso es que hay miles de historias, de amores y desamores en esos blogs con nombres bohemios. Historias de lo que fue y ya no es, de lo que pudo ser y no fue, de lo que es y sigue siendo, de lo que querría que fuese.Y de lo mucho que te hago el amor, cariño. Mientras, yo pienso y pienso cual puede ser el tema de hoy. Si no tengo romances que contar, ni desamores que recordar...solo me queda hablar de gatos. 

Hasta donde yo sé, los hay con y sin pelo. Los calvos son feos. Los abrazables dan alergia. Todos ellos son muy desconfiados, e independientes. No como los perros, que necesitan estar paseando detrás tuya constantemente para sentirse útiles. A la vez que mueven su cola y su culo al ritmo de una samba imaginaria. 

Me paro a pensar. Una reflexión de los más extraña, como todas las ideas que pasan por mi cabeza últimamente. Extrañas para quienes las oiga, para mi son un reflejo de mi día a día. Un pingüino bailando me despierta todos los días. Llamadme loca, pero vosotros lo habéis visto más de una ves, estoy segura.

2 comentarios:

  1. Un pingüino bailando?? Angela que te está pasandoo !! :)
    A mi me gusta lo que escribes !
    Besos ! <3

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  2. A mí me gustan los pingüinos. Yo también los veo. Todos los días en los que la fecha es un número primo!

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