lunes, 14 de marzo de 2011

CAPÍTULO III

"Necesito sentirme deseada por el sexo masculino"

Empezó siendo una frase de domingo de resaca, puede que de conversación de media tarde con N. y L. Pasó a ocupar un hueco en tweets y estados de diferentes redes sociales. Se convirtió en reflexión.

No quiero gustar. Que alguien piense en mi como el lio de una noche. Que me miren por la calle. Que digan que soy guapa, o que mi culo y mis pechos no tienen precio. Tampoco quiero ser la imagen perfecta para una masturbación. La comidilla de un grupo de amiguetes. No quiero que mi vida esté llena de relaciones que no llevan a ningun lado, que sean simples formas de pasar el tiempo. Ni que mis amigas me olviden, me remplacen por la primera que piense como ellas; o por  un chico que les dice lo que quieren oir. Yo lo que quiero es otra cosa.

Quiero sentirme deseada. Sentirme deseada por el sexo masculino. Quiero ser la obsesión de un hombre, su necesidad. Que la atracción que pueda producirle no desaparezca en un par de meses. Que no piense en mi como una novia de relación de quinceañeros, ni tampoco que lo que vea en mi sea rutina. Tienen que ser sentimientos más complejos, de libro de V.C. Andrews. Que haga todo lo posible para llamar mi atención, siempre de forma sutil. Dormirme todas las noches escchando cuentos que no sean de princesas. Quiero ser la protagonista de sus sueños. Que nos envenenemos el uno al otro. Que no todo sea bonito, que también haya lágrimas.Que me ayude cuando las cosas sean difíciles, y que las complique cuando vayan sobre ruedas. Que se le ponga la piel de gallina cuando me escuche. Que se excite cuando me vea. Quiero ser como una droga, adictiva.


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