miércoles, 22 de febrero de 2012

UNA CITA IMPROVISADA

Una vez más ese sitio. Un libro era mi distracción esa tarde. Revolvía mi latte, muy caliente, mientras me sumergía en la lectura de aquellas páginas. Al catarlo me manché los labios. Estabas atento, y viniste a avisarme. Te pedí que te quedases y surgió una conversación espontánea. Las palabras cobraron vida. Era demasiado excitante.

Desde entonces volví todos los sábados con la esperanza de que la escena se repitiese.

No hay comentarios:

Publicar un comentario